DIRECCIÓN, NO PERFECCIÓN.

 El refrán "lo perfecto es enemigo de lo bueno" ahora tiene respaldo científico.
 Un día estaba hablando con unos amigos de Illinois, ambos profesionistas muy exitosos y ocupados, y les preguntaba cómo podían hacer tantas cosas. Me dijeron, bromeando, que su lema era "Overcommitted and Underorganized", algo así como "Sobresaturados y Suborganizados". Les dije que si me permitirían adoptar el mismo lema, pues me describe perfectamente.

Yo libro una batalla constante contra la desorganización y por la productividad. Si vieran mis libreros y mesilla de noche encontrarían, entre otros títulos: "Organización desde Dentro", "Cómo Hacer 1,000 Cosas a la Vez", "Simplifique su Vida", "Simplifique su Vida en el Hogar", "Simplifique su Vida en el Trabajo", "Simplifique su Vida con Niños", "Lo Primero es lo Primero", "Los 7 Hábitos de la Gente Realmente Efectiva", "Administración del Tiempo desde Dentro", "Controle el Desorden", "Destino: Organización", "Organízate con Eficacia" y "Control del Desorden con Feng-Shui" . ¡Creo que soy la única persona en el mundo que tiene un desorden hecho de libros sobre cómo controlar el desorden.

Me he dado cuenta de que mi talón de Aquiles en esto de la organización y la productividad es la postergación (lo que en inglés llaman procastination) y que ésta tiene que ver con el perfeccionismo. A veces quiero hacer algo tan bien, tan bien que, paradójicamente, no lo hago. ¿Les ha pasado eso? Tengo que archivar documentos, pero necesito un día completo sin interrupciones para poder hacerlo bien, mejor no empiezo hoy; quiero terminar el escrito, pero antes voy a revisar 50 artículos para cubrir el tema como se debe; quiero hacer ejercicio, pero tal vez sería mejor cuando no esté cansada para que valga la pena...

Barry Schwartz ,investigador de la universidad de Swarthmore ,ha visto que la gente tiene dos estilos para tomar decisiones: ser "maximizadora" o "satisfactora". Los "maximizadores" tratan de investigar y considerar absolutamente todas las alternativas y ángulos para tomar una decisión, mientras que los "satisfactores" escogen rápidamente y generalmente están contentos con su elección. La mayoría de la gente está en algún punto entre estos dos estilos. Como se imaginarán, los maximizadores muchas veces se paralizan al no poder decidir por tratar de encontrar la solución u opción perfecta. Y no hace falta que les comente en qué grupo caigo yo... (tip: este escrito lleva dos semanas parado porque yo quería asegurarme de tener bien la referencia sobre Schwartz) . Aunque hay esperanzas para los maximizadores, les recomiendo el artículo de Nicholas Hall,colega especialista en Psicología Positiva de la U. de Stanford, "Confesiones de un Ex-maximizador" ,

Hay un refrán que dice "Lo perfecto es enemigo de lo bueno" y creo que es muy cierto, especialmente en lo que se refiere a alcanzar nuestras metas. Por eso me gustó tanto un artículo que acabo de leer, escrito por uno de los gurús de la productividad, David Allen. Su escrito se llama "Direction, Not Perfection" es decir, "Dirección, No Perfección". Allen dice que una de las cosas más importantes que ha aprendido tras muchos años de ser consultor y coach es que no hay que aspirar a hacer las cosas perfectamente, sino a moverse en la dirección correcta. Allen propone que el primer paso para lograr un cambio es imaginarse cómo será la nueva situación, el segundo es ir haciendo un camino para llegar a ella, y el tercero-el más difícil- es seguir adelante, aún cuando fallamos o nos quedamos cortos en nuestros intentos.

Uno de los elementos que nos ayuda a lograr lo que queremos es el tener a quién rendirle cuentas. Si nos comprometemos con alguien, por ejemplo a hacer ejercicio juntos, o a escribir un capítulo de una tesis, o a organizar una fiesta, es más probable que lo hagamos que si sólo nos lo prometemos a nosotros mismos. Otro factor que aumenta las probabilidades de que logremos nuestras metas es el tener "role models", personas que hayan logrado algo similar a lo que nos proponemos. Se ha comprobado que muchas conductas son "contagiosas" (nuestras abuelas tenían razón, hay que escoger "buenas compañías") y que la influencia social de nuestros compañeros, familiares y amigos puede alentarnos a conseguir lo que nos proponemos o alejarnos de ello.

Cuando pienso en la importancia de ser parte de un grupo que comparta o apoye nuestra meta, me viene a la mente la imagen de un grupo de hormigas llevando comida hacia su hormiguero. ¿Las han visto alguna vez? Si nos fijamos en cada hormiguita en lo particular, su trayectoria no es recta: se mueve hacia un lado, luego para el otro, se desvía un poco... pero si vemos al conjunto de hormigas, claramente tienen una dirección, van en fila india y la línea es casi recta. Puede que ninguna hormiga vaya perfectamente encaminada, pero como conjunto claramente van en la dirección adecuada.

Yo soy parte de un grupo virtual de caminadores, en el que los miembros nos proponemos caminar cada uno al menos 10,000 pasos diarios. La mayor parte de los días yo no llego a los 10,000 pasos y me siento mal de no lograr esa meta. Pero después de leer lo de "dirección, no perfección" me siento más animada, trato de enfocarme en que los seis u ocho mil pasos que dé son buenos, y tener que reportarles cada noche a los demás cuánto caminé me ayuda a seguir en la dirección que quiero. No sé es si a los del club les gustaría saber que ahora me los imagino como hormigas. ;-)

-Publicado el 13 de  Noviembre de 2009 por Margarita Tarragona, Dr. en Psicología y Bienestar-

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